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Palabras Mayores RHe 1

Conceptos de importancia para la investigación humanística

Comparar, contrastar, comprobar

Inger Enkvist, Universidad de Lund, 2012

Para inaugurar la sección de “Palabras mayores” quisiera hacer referencia a tres conceptos que pueden ser de ayuda para un doctorando: comparar, contrastar y comprobar.

Comparar

La comparación es un método fundamental en las humanidades y, sobre todo, es un instrumento de descubrimiento. Comparando dos obras de un mismo autor u obras de dos autores similares pero con alguna diferencia, el investigador descubre nuevas cualidades en la obra que es su objeto de estudio principal. La comparación se podría considerar una “máquina de generar ideas”. Una ventaja que tiene la comparación como método es que es un instrumento “abierto” en el sentido de que el investigador no puede saber de antemano lo que va a descubrir.  La comparación es a la vez un método ordenado que se basa en un material bien delimitado y un método que permite sorpresas. Es también un método que permite a otros investigadores recorrer el mismo camino y comprobar si las conclusiones están justificadas.

Contrastar

Existe una forma especial de comparación que puede ser eficaz y es buscar un contraste en el sentido de buscar un material que se sabe que es diferente para que se produzca un claro contraste con el material que es el objeto  principal de estudio. Un material elegido por ser diferente es más interesante si se distingue del otro en algún aspecto esencial para la interpretación. El ser diferente en sí no aporta nada sino solamente el ser diferente en algún punto interesante. La pregunta natural es: ¿Y cómo saber lo que es interesante? Pues, sólo la familiaridad del investigador con el campo de investigación puede indicarle qué es lo que aportaría nuevos conocimientos e interesaría a los demás investigadores.

Comprobar

Curiosamente, la universidad no es siempre un ambiente de serenidad y de reflexión sino que los doctorandos parecen estar corriendo de una actividad a otra. En vez de tener la impresión de finalmente poder dedicarse a una sola cosa, les parece que, están retrasados desde el primer día en comparación con lo que se espera de ellos.

Por tener siempre prisa, es fácil que el doctorando no dedique suficiente tiempo a la fase final de un trabajo. Seguramente, el doctorando tiene una idea general de su tema y sabe más que otros de su campo de especialización pero a veces tiene tanta prisa al redactar la versión final de un trabajo que no comprueba una última vez sus propias afirmaciones.

Por eso, mi consejo es reservar tiempo para la última fase de la redacción de un trabajo. Se necesita un tiempo ininterrumpido y de tranquilidad absoluta para poder revisar las ideas, la cohesión, el lenguaje y las referencias. Esta última fase es esencial para la calidad intelectual.

Inger Enkvist

Universidad de Lund

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